miércoles, septiembre 26, 2007

¿Qué le pasa a Ronaldinho?


Ronaldinho ingresó 23 millones de euros en el último año.

Directamente del Barça, ese sentimiento que es más que un club, pilló 8,5 M€. De sus contratos de publicidad, muchos posibles a que juega en el Barça, unos 14 M€.

Justo el presupuesto de la Casa Real, que el otro día comentábamos.

Para el que no lo crea, el salario medio en España es de 1.922€ al mes. Una milésima parte de lo que ingresa mensualmente Ronaldinho.

El salario mínimo en España es de 570€ al mes. Ronaldinho pilla cada mes cuatromil veces ese salario. En España, esta información tiene constancia oficial, hay bastante más de 4.000 inmigrantes en España que referencian sus 40 horas de trabajo semanales según este salario mínimo.
Todo lo que cobran de más, descontando el dinero negro -que también existe en el futbol, que le pregunten a Lendoiro, por ejemplo- es a base de horas adicionales a la jornada laboral mínima.

Por cierto, Ronaldinho no es inmigrante. Es español. Juró la constitución en Agosto. Llegó a España en el verano del 2003, y hace un año que se iniciaron los trámites para su nacionalización.
Naturalmente tratándose de tan importante personaje, se tardó poco.

Ronaldinho tiene unos kilos de más, pero no está gordo.
Tiene problemas musculares.
Y seguramente emocionales.

El año pasado entrenó en grupo menos de la mitad de los días que debía haber entrenado.

Y no pasó nada.

Bueno sí, que se perdió la Liga.

Pero...
nadie – todos no son todos- no dejó de pedirle un autógrafo o una foto.

En cualquiera de los aeropuertos, hoteles, plazas que visitó hubo carreras y gente empujando a otra gente por una foto o una firma o un “forget me”, que también valen –dios me habló!!!-.

Ninguna de las empresas que le pagan por ser su imagen (Nike, Pepsi-Cola, Gatorade, Chevron-Texaco, Sonny Ericsson, Hyundai, Electronic Arts, Saison, Unilever,...) se plantearon prescindir de sus servicios.

No me consta ningún reparo público a que este señor jurara la Constitución española.

Ronaldinho es un jugador de futbol. Seguramene un grandísimo jugador de futbol que a nivel de clubs o de selecciones lo ha ganado casi todo, y a nivel individual, se podría decir que también.

Pero es sólo eso, un jugador de futbol.

Ninguna de sus acciones perdurará más allá de unos pocos días. Lo que convenga a los medios. En un mundo futbolero de dos partidos por semana, eso es realmente muy poco. Ninguna de sus mejores jugadas cambiará nada de este mundo.
Nada.

El resto de cosas importantes del mundo, y de cada uno de nosotros -espero- seguirá su curso. Y la influencia de esa jugada mágica que regala a veces durante un partido que dura 90 minutos será temporal y finita.
Porque sólo es un jugador de futbol.
Aunque eso sí, creo que necesitaríamos ayuda experta para acercarnos a entender la consideración que debe de tener de sí mismo este personaje. Y no sólo cada vez que pisa un campo de futbol.
Este semidios. Este intocable. Este guerrero, más poderoso por la fama y la gloria que le cantaron que por lo que hace cada día.
Si cualquiera de nosotros se columpiara una décima parte de lo que se columpia Ronaldinho estaba en la "putacalle".
Este señor que sonríe a la cámara, que suda la camiseta por unas natillas o un desoderante, que hace un saludo surfero que bien podría parecer un insulto en otras culturas, este señor que a veces hace cosas guapas en un campo de futbol, que todos los días es noticia en un periódico deportivo. Este señor asquerosamente rico y asquerosamente presente... es sólo un jugador de futbol, que además últimamente no juega.

Para mi Ronaldinho es una metáfora social, un termómetro de lo que le pasa al mundo.

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