martes, abril 01, 2008

¿Qué coño haremos cuando seamos viejos?


La pregunta no es mía, es de otro Trisident.

Ahora me doy cuenta que no le respondía a esa pregunta ¿Qué haremos cuando seamos viejos? Así que, company, con un poco de retraso y después de haber contado aproximadamente las horas que llevo este 2008 nadando, pedaleando y corriendo y aproximando también de forma paralela un cálculo de intensidad en cada una de esas nobles actividades, te respondo, colega, de manera abierta.

No sé tío, supongo que entonces no tendré más remedio que volver a drogarme…
Y no es broma.

¿No visualizas nunca tus rodillas, tus caderas, tus hombros de aquí a unos años?

No digo que yo lo haga. Soy un poco cobarde y no quiero hacerlo. O mejor, a veces me siento tan arrogante y poderoso, que me la suda lo que diga cualquier especialista médico al respecto. Supongo que aplico el mismo principio que aplicaba hace años a otras actividades y actitudes. Ese a mi no me pasará que luego se demostró erróneo. Supongo que confío en la eterna durabilidad y buen funcionamiento de mis articulaciones.

Un dato: La medicina para los "populares" encontrará de aquí a unos años un nuevo atlas de enfermedades ligadas a los "populares" hasta ahora no habituales y reservadas a exdeportistas que acudían y acueden a médicos, fisiólogos y farmacólogos especializados.

¿Qué no?

Solo basta un paseo por los blogs de este deporte, pero también de running o ciclismo par ver que en general entrenamos más que muchos deportistas profesionales.

En el caso de los triatletas de larga distancia el más es MUCHO MÁS.

Este blog a veces es una muestra.

Y la verdad no sé si se trata de adelantarle al mundo que nos lee que un día u otro estaremos realmente jodidos de la cadera, de las rodillas, del corazón, del hígado,...

Colega, no creas que esta respuesta tiene como objeto criticar a nadie, yo sólo me permito reflexionar como si lo hiciera en voz alta. En todo caso, si soy crítico con alguien es sobre todo conmigo mismo.

Las evidencias dicen que ho hay ningún exceso que sea bueno. Ninguno. Sean del tipo que sean. Y creeme si te digo que no hay mucha diferencia entre hacer un recuento de mis entrenos hasta ahora, y del recuento de las fiestas que me pegué en otras épocas, las cosas que me metí, las horas que dediqué a tal o cual proyecto y toda esa mierda.

El mismo adicto que antes sólo que adicto a otra cosa.

Imagino que la medicina habrá avanzado lo suficiente a nivel de prótesis y esas cosas y será posible seguir andando sin cojear con 60 o 70 años. Igual hasta es posible transplantarse caderas, rodillas, hombros, corazones, pollas, … mejores que las que tenemos ahora.

De todas maneras, se siente, ya puedes ir descartando, si no bajas el ritmo, disputar un IronMan a los 60. Y ves descartando incluso disputar una carrera popular de más de 5km., a menos que no sea una “Popular Special”.

En mi caso, lo que me importa de verdad y de lo que no tengo ninguna duda es de que el mercado farmacológico legal va a poner a mi disposición una considerable cantidad de sustancias que me permitirán aliviar mis sufrimientos unas, y sustituir las endorfinas que genera la actividad deportiva, pero también la sexual, otras para pasarme los últimos años de mi vida jubileta convenientemente colgado.

O no.

Comments (3)

Querida Lore:

¿Cuántas veces te tengo que decir que en esta vida uno ha de hacer lo que le venga en gana? Eso sí, sin joder al prójimo, claro.

Pienso que ya descansaremos cuando nos moramos, que en eso no habrá diferencia en hacerlo en la barra de un bar, o subiendo el Turó del Home.

Entre esas 2 opciones ¿cuál elegiríais?

Esa misma pregunta -la de que coño haremos cuando seamos viejos??? -se la hice el otro día a nuestro amigo de Alicante. Tanto su respuesta como la tuya me han gustado.

El domingo, de todas formas, haré que sumes unas cuántas horas más a tu casillero de bici, y seguro que nos sentimos más que vivos ;))).

En mi caso, mi vocación real era ser monja y entregarme enteramente a Dios, pero no pudo ser porque nací con rabo...

supongo que por eso hago lo que hago.

No sé.

A veces echo de menos la fiesta, y los kilos de más, y el rollo "carpe diem" aparentemente insano.

El yin y el yang, y todo ese rollo cosmogónico.

Es que lo monotemático es aburrido de narices. Y hasta peligroso.

No hay ningún intregrismo tolerable.

Y lo excesivo es generalmente un poco obsesivo.

No sé.

Te lo comentaré el domingo en bici, que VES es lo único que no me cansa anímicamente.