Be yourself: Triatlon Titan

Si hay algo que aprecio de los triatlones de larga distancia es la oportunidad que me da de ser yo mismo.

Mañana tempranito –muy tempranito, cosas de la cosa que nos da de comer- me voy para la Sierra de Cádiz. P ya está allí. Me comenta que hace frío, que el Boyar es menos fiero de lo que lo pintan y que la carrera –la carrera con uno mismo- se perderá o ganará en los 21 kilómetros a pie.

He entrenado bien. Estoy fuerte. No me duele nada.

Y tengo un montón de ganas de tirarme al agua tempranito para acabar unas horas más tarde corriendo esas cuestas que dicen que tienen rampas de hasta el 20%.

He entrenado bien dentro de lo que esa cosa que tiene la cosa que me da de comer me ha permitido.

Nunca el destino es lo más importante si se disfruta el viaje. Si se aprende, si se conoce, si se conserva la capacidad de sorprenderse de esas cosas magníficas que trae cualquier actividad que te hace sentirte vivo y parte de este rollo cosmogónico.

El Titan es una parada más. Una estación nueva en el viaje que decidí iniciar hace apenas 2 años, cuando debuté en una carrera popular en Barcelona.

Me siento capaz de hacerlo.

Y afortunadamente me siento lo suficientemente libre para ser yo mismo.

Pase lo que pase este viaje quien sabe si a ninguna parte continuará.